Obra de Samuel Meléndrez Bayardo con más de 20 años de trayectoria
La ciudad y la memoria es el nombre del catálogo de la obra del pintor jalisciense Samuel Meléndrez Bayardo, presentado la noche de este miércoles 11 de junio en el Museo de las Artes (MUSA) de la Universidad de Guadalajara.
Por qué la ciudad y la memoria –se cuestiona el autor–, porque la ciudad es un contenedor de vivencias que almacenamos en la memoria. Estamos condenados a arrastrar nuestros recuerdos, los arrastramos como pesados grilletes. Cada rincón de la ciudad tiene la capacidad potencial de almacenar tiempo y el tiempo perdido duele, nos quedamos pasmados ante lo efímero de la vida. “Por qué la memoria, porque hace que la ausencia se manifieste como presencia sensible. La memoria es tiempo almacenado. Por medio del tiempo y del espacio podemos coquetear con la idea de manipular el problema del estar y no estar”.
Explica que al mirar el firmamento es posible observar la luz de una estrella que murió hace millones de años y que de la misma manera, sí contamos con la disposición y ánimo adecuado podremos experimentar la distancia de tiempo transcurrido que emana de las paredes de una antigua construcción.
El egresado de Artes plásticas de la UdeG y recientemente integrante del Sistema Nacional de Creadores puntualiza que “la creación sin influencias no existe, todos los artistas estamos en deuda con alguien”.
Para el historiador y director de la Escuela Preparatoria de Lagos de Moreno, doctor Roberto Castelán Rueda, apreciar la obra de Meléndrez Bayardo es mirar varias veces y aprender a mirar, adueñarse del paisaje en apariencia intrascendente de nuestra cotidianidad. “Samuel nos enseñó a mirar el paisaje urbano como se aprende a admirar una obra de arte: los cables enredados, las fachadas con su deterioro, los tinacos, las antenas, las ruidosas marquesinas, los iluminados e incompletos anuncios inmóviles, testigos de nuestra vida cotidiana se convierten, gracias a la entrenada paciencia de los pinceles de Samuel, en valiosos elementos estéticos de nuestro entorno”.
Castelán Rueda destacó que posar la mirada en la obra de Samuel Meléndrez nos hace pensar en el silencio, en ese silencio siempre presente y clave para entrar en la atmósfera del lienzo. “El ruido existe, pero nunca aparece. Admirar la obra de Samuel es aprender a mirar el silencioso y fugaz desgaste de nuestra cotidianidad”.
El secretario de Vinculación y Difusión Cultural de la UdeG, maestro Ángel Igor Lozada Rivera Melo, resaltó que una de las labores de la secretaría a su cargo es enaltecer la labor de los artistas locales. “En este caso ha sido especialmente grato, porque se trata de un artista tapatío que radica fuera y que sigue triunfando. Una de las cualidades de este catálogo es que contiene una muestra del trabajo de Samuel y nos presenta un enardecido encuentro entre la luz y la sombra de sus perspectivas, perspectivas urbanas donde encontramos un análisis de lo cotidiano”.
