Esta muestra toma su título de la novela Farabeuf o la crónica de un instante ―escrita en 1965 por Salvador Elizondo (1932-2006)―. En ella, varias historias se describen con una narración que, con sutiles diferencias, se repite mediante escenas que conjugan los recuerdos con las artes adivinatorias, el horror y el erotismo.
"Se repite mediante escenas que conjugan los recuerdos con las artes adivinatorias, el horror y el erotismo."
La propuesta curatorial no pretende ser una recreación del relato, aunque toma algunos de sus elementos, ambientes y símbolos pero, fundamentalmente, la idea que define a los recuerdos como los momentos que, bajo el estímulo de alguna emoción, se manifiestan en la memoria con una intensidad equivalente al impacto de la experiencia revivida.
La sala de exposición ha sido dispuesta en dos polos: uno luminoso y otro oscuro, como el día y la noche representados en el tablero de la Ouija ―mencionada también por Elizondo― y como el Ying y el Yang, las fuerzas contrarias que se integran en la misma dualidad.
De esta manera, los visitantes podrán desplazarse entre recuerdos contrastados que, por diferentes artistas, fueron plasmados sobre papel, tela, madera y metal para evocar esos instantes que se clavan en el pensamiento: sueños y pesadillas; alucinaciones y anhelos; enfermedades y fobias; periodos de gozo y de amargura; hechos rutinarios dominados por el tedio y episodios de ingenuidad infantil marcados por la sorpresa y el miedo.
A las piezas de la Colección MUSA que participan en la exposición se incorpora La estrella de mar, un cortometraje realizado en 1928 por Man Ray cuya trama, basada en un poema de Robert Desnos, aporta un toque surrealista a esta curaduría de Laura Ayala que busca rescatar del olvido a esos instantes que, ya sean sórdidos o felices, son capaces de cambiar el curso de nuestras vidas.
